$350. Incluye DVD con tutoriales. Tienen un bolsillo frontal muy práctico.
Es cómodo y práctico, pero además enriquece mucho la relación, ayuda al bebé a formar conexiones neuronales y a socializar.
El latido del corazón de la madre es muy reconfortante para el bebé (y para la mamá al ver a su hijo tranquilo), pues le permite continuar el contacto con los latidos del corazón y con el ritmo la respiración de su mamá, que le han acompañado durante 9 meses.
Estudios demuestran que los bebés prematuros a los que, a manera de terapia, se les acomoda dentro de la ropa de su madre, en contacto piel con piel, prosperan muy bien.
Los bebés que son llevados en rebozo suelen tener menos reflujo y cólicos por la posición vertical en la que permanecen, lloran menos y se vuelven más pronto autosuficientes. Se ha identificado que esta seguridad que siente el bebé al estar cargado en los primeros meses de vida favorece su desarrollo inmunológico y neuronal, así como su autoestima para toda su vida.
Los bebés cargados pueden integrarse más rápido a la vida familiar.
El cargar al bebé desarrolla su sentido del equilibrio.
Un rebozo es cómodo para el bebé porque no tiene cinturones, hebillas, botones o aros que puedan lastimar.
Se fomenta el desarrollo corporal del bebé porque este se estimula por contacto corporal y de la piel sobre todo en los primeros nueve meses.
Con el rebozo y las instrucciones apropiadas, se sienta al niño con las piernas abiertas en posición de ranita, la cual apoya correctamente a la espalda y procura una postura correcta. Además, esta posición ayuda a la formación postnatal de la cadera.
Ofrece gran cantidad de esos estímulos neurológicos, porque hay movimiento, sonidos, conversaciones, olores, colores y diferentes temperaturas, además de caricias constantes, (si lo tienes junto a tí no lo podrás evitar). Muy diferente a estar viendo el techo en una sola posición si se encuentra en una cuna mucho tiempo.